Sabemos que cuando caminamos sobre fuego, cambiamos nuestras rutas neuronales, ya que como sabes, tenemos un cerebro plástico. Hace años, se pensaba que las neuronas morían y no se producía neurogénesis (nacimiento de nuevas neuronas principalmente en el hipocampo y los bulbos olfativos) Hoy sabemos que las neuronas nacen hasta el momento de nuestra muerte, y que como decía Santiago Ramón y Cajal, “Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro.”

Dependiendo de cómo nos hablamos, de cómo afrontamos nuestra vida y situaciones del día a día, tendremos unas emociones u otras y por la tanto nuestra percepción de aquello que observamos.

Al  hacer algo que a priori es imposible como caminar sobre fuego sin quemarse, se crea en nosotros un nuevo circuito neuronal. Algo que ocurre de igual forma con la creación de una creencia, ya que en este caso, se produce un alto impacto emocional creando una nueva ruta neuronal, una nueva creencia y un nuevo aprendizaje.

Al caminar sobre brasas ocurren estos procesos fisiológicos:

En primer lugar se activan las amígdalas a consecuencia del miedo. Aparece la sudoración, aumenta el ritmo cardíaco y se libera adrenalina (que nos lleva a la acción) y Dopamina (relacionado con el disfrute)

Sabemos que la memoria está diseñada para, recordar situaciones exitosas, para adaptarme y sobrevivir. Cuando sentimos mucho miedo, nuestro cerebro nos avisa y nos dice: “¡Presta atención! Aprende de esto para sobrevivir en la próxima situación” Es por este motivo que se activa el mecanismo del aprendizaje.

De igual forma liberamos Oxitocina, que es la hormona del contacto y de la confianza tanto hacia los demás como la confianza en uno mismo, que la secretamos tanto al caminar sobre las brasas, al confiar en nosotros mismos; como por el acogimiento del equipo que nos rodea y sus palabras de ánimo, los abrazos, los yo creo en ti o tu puedes.

Y después de la experiencia, aparecen las Endorfinas y la Dopamina, que hacen que aumente el bienestar y la motivación además de que disminuya la ansiedad.

Todo esto hace que aumente la atención, la percepción y la memoria, con lo que de igual forma aumenta el aprendizaje. Es por este motivo que la persona tiene un estado máximo de motivación y aprendizaje.

De igual forma, al ser conscientes del logro que han realizado, se segrega Serotonina.

Es muy importante que se poga a la persona en contexto. No es un camino sobre brasas porque “soy muy guay”, sino que tiene un para qué. Tiene que estar enfocado a un objetivo, ya que sino, no tiene ningún sentido. Tienes la química en tu cuerpo propicia para realizar un aprendizaje. ¿Para qué vas a cruzar sobre las brasas? ¿Cuál es tu objetivo?

Como puedes observar, se produce todo un coctel de hormonas y neurotransmisores, los cuales hacen que esta experiencia se quede grabada a fuego (nunca mejor dicho), para posteriormente llevarla a otras áreas de tu vida.

Puedes escribirnos a info@darteformacion.es para solicitar información sin compromiso.

Miriam Simón