Existe un pequeño matiz entre estas dos palabras, y es la acción. Los sueños, son objetivos sin acción, es decir, aquello de deseamos, que anhelamos, que nos gustaría que ocurriera… pero estamos en babia. Diría yo casi esperando a que caiga del cielo.

Sin embargo los objetivos son esos sueños en los que hemos metido acción. Y es que es tan sólo a través de esa acción que podemos lograrlo y llegar hasta ellos. Un objetivo elicita la acción, es decir la promueve. Es un impulso que como sabrás (y si no lo sabes te lo cuento yo), en coaching va de la mano del plan de acción. Va de ir marcándonos pequeños objetivos, que se van logrando gracias a la acción hasta que llegamos a la meta final, que será ese sueño hecho realidad.

Además sabemos que las personas con una visión clara de su objetivo, de su propósito, tienen una gran determinación para logralo, ya que en ocasiones se enfrentarán a dudas, miedos, creencias limitantes… Por este motivo sabemos que son capaces de mover toda la energía necesaria para lograr su objetivo final.

Es de vital importancia mantener la Fé, es decir, la confianza o el creer que se puede lograr ese objetivo. Es muy probable que conozcas o hayas escuchado hablar del libro “El hombre en busca de sentido” de Victor Frankl. Este señor estuvo en los campos de concentración nazis y afirma que las personas que sobrevivieron a aquello, fueron las personas que tenían sueños, o más bien que tenían objetivos con los que pasaban a la acción, es decir, luchaban para no abandonarse y morir allí mismo.

Por este motivo, para dar este pequeño empuje, el coaching a través de sus preguntas, nos ayuda a enfocarnos y a caminar. Un camino que hay que recorrer uno mismo o una misma, pero en el cual se puede ir acompañado.

Con preguntas del tipo ¿Qué es eso que te hace cosquillas en el estómago? ¿Cuales son tus valores? ¿Cuál es el para qué de todo esto?

Justo este es el tipo de preguntas que nos hacemos en el momento en los que vamos a realizar una dinámica de alto impacto como puede ser el firewalking o caminar sobre brasas.

Ponemos el foco en nuestro para qué, en aquello que nos hace cosquillas en el estómago y cuando ya lo tenemos, simplemente caminamos hacia nuestro objetivo. Y como vimos anteriormente, aunque se camina en solitario (al igual que en la vida), el coach o formador nos acompaña (exactamente igual que en la vida)

Este sería uno de los pasos a la acción.

Este sería uno de los pasos que transforman los sueños en objetivos a través de la acción.

Si deseas participar en uno de nuestros seminarios, puedes visitar nuestra web www.firewalkingspain.com para valorar las fechas. De igual forma podrás ver las fechas para las formaciones como instructor de coaching de alto impacto.

Un abrazo,
Miriam Simón